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Las Cofradías, hoy

Las cofradías frente a la especulación.

 

En esta pequeña colaboración he querido plasmar una de mis inquietudes, la pérdida de patrimonio urbano y su relación con las hermandades, una cuestión que no se puede pasar por alto a pesar de tener una impoluta y reluciente Calle Larios. 

Durante años las cofradías han sido guardianas del patrimonio. Supieron renacer de sus cenizas en los tiempos convulsos, recrearon estilos, apuraron el barroco dándole una vuelta de tuerca al sentido escenográfico de las formas y los volúmenes. Hoy día, cuando parece que viven una época de esplendor y se recuperan itinerarios de otros tiempos, no podemos creer que todo está conseguido. 

 

En Málaga, el centro lleva unos años sufriendo unas transformaciones importantes que directamente afectan a las cofradías. Proliferaron las casas-hermandad, algunas de dudosa integración arquitectónica con su entorno.  Fueron impulsoras de recuperación de templos y capillas ¿dónde se quedó el estilo en algunas? Ahora bien,  frente a la imagen de recuperación del centro que nos venden como un éxito, vemos que no deja de ser puntual y con acierto en pocos casos. La realidad es otra, decenas de antiguos edificios han sucumbido a la piqueta, otros se levantaron perdiendo la identidad de lo que se supone es un casco histórico de una ciudad. Málaga, que creció sobre los cimientos de varias civilizaciones pero que dejaron numerosos ejemplos de su existencia, ha cogido una deriva  que afecta a los cofrades de manera directa. 

 

Las cofradías no son nada sin su relación con su entorno cercano, si permanecen mudas frente a la especulación urbanística, la destrucción de edificios, la pérdida incluso de la trama urbana, corren el riesgo de entrar en una dinámica de desnaturalización de su contexto. La mayoría de las hermandades tienen el centro como referencia y si este se convierte en un parque temático del ocio de terraza y museo franquicia, el choque será cada vez más grande. Un centro donde impera el fachadismo de cartón-piedra. Nos recreamos con antiguas postales de calles malagueñas con procesiones y si las contrastamos con imágenes actuales, el choque es significativo. 

 

En una obra de teatro, el escenario es una parte esencial de la misma. Las cofradías miman la puesta en escena pero cada vez más nos falla el fondo, el escenario por donde pasamos. Las hermandades Forman un colectivo de los más numerosos de la ciudad y su fuerza que se hace  patente en muchos temas, debe hacerse valer para alzar la voz y defender la ciudad. Edificios singulares que se han convertido en bandera contra la destrucción como ha sido el caso de la pensión La Mundial no han tenido entre sus defensores a las cofradías, si lo hicieron muchos cofrades a nivel particular pero las altas esferas callaron. Si el entorno por donde pasan nuestras procesiones pierde su identidad, habremos perdido también parte de la identidad de las hermandades.

 

José Góngora

 

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